Forbantes. La Novela Completa

4 de Septiembre de 1723

A las 11, según las normas, toda la tripulación se reunió en la cubierta, cesando toda actividad en el barco. El capitán había ordenado echar el ancla y, los 1400 kilogramos que pesaba, aseguraban que el barco no se moviese.

El acusado fue colocado en el centro del semicírculo de marinos, mientras el contramaestre se situaba a su lado, pues una de sus funciones era la de impartir disciplina.

Desde el puente de popa lo observaba el capitán. En un segundo plano se habían colocado Goliat y Tommy acompañando a Andrea.

– Todos estáis al tanto de lo que sucedió ayer noche, mientras estábamos en el puerto. Goretti, se le acusa, en primer lugar, de un delito contra la tripulación por agredir a sus compañeros e intentar deshonrar a su camarada Andrea. – explicó Guillo.

– En casos de robo o delito contra la tripulación, ésta tiene derecho a juzgar al acusado y, en caso de considerarle culpable, correr las baquetas para castigarle. En ese caso formen fila. – completó Gorka.

Los hombres no se lo pensaron dos veces y formaron una hilera y Goretti, bajo la horrorizada mirada de Andrea, fue obligado a pasar ante la fila mientras sus compañeros le azotaban y golpeaban por traición.

– En segundo lugar se le acusa de desobediencia al capitán – continuó Gorka – por lo que se le condena a 11 latigazos con el gato de nueve colas si el capitán no decide aumentarle la pena.

– Hay un tercer delito grave que no puede quedar sin castigo: la tortura y asesinato de Macario – cortó Guillo, sabía que si aquel hombre ensangrentado recibía 11 azotes más moriría y a él le preocupaba más el honor de Macario que su dignidad, al fin y al cabo él estaba vivo – Normalmente un delito grave se castiga colgando al acusado del palo mayor, – explicó Guillo, pero no le iba a dar el gusto a Goretti de tener una muerte rápida después de lo que había hecho – pero, como también es un delito contra la tripulación, permitiré propuestas para encontrar un castigo acorde con las circunstancias.

– ¡Que lo pasen por las tenazas! – exclamó un marinero refiriéndose a las tenazas candentes que se utilizaban como método de tortura para arrancar las confesiones a los piratas.

– Esa, al igual que la pena del barril, sólo se puede aplicar en casos de sospecha de motín o traición para obligar al acusado a confesar. – descartó Gorka.

– ¿Qué es la pena del barril? – preguntó Andrea a Goliat en voz baja y palideció escuchando la respuesta.

– Consiste en atar al preso a un tablón y colocarle un embudo en la boca. Se le obliga a beber agua y, cada dos litros, se le quita el embudo para permitirle confesar. Si no lo hace, sigue bebiendo hasta que muere encharcado por colapso corporal.

– ¡Que le corten los brazos lentamente! – gritó otro.

– Sí, como hizo él con Maca. – apoyó otro.

– ¡A cortar! ¡A cortar! ¡A cortar! – clamó la tripulación.

– ¡Basta! – bramó Guillermo – No niego que lo merece y no me faltan ganas de ordenarlo, pero cortarle los brazos o las piernas daría como resultado un lisiado al que, por obligación tendríamos que mantener. ¿Es eso lo que queréis? ¿Trabajar para alimentar a un traidor? ¡Me niego!

– Entonces ¿qué propones Guillo? – preguntó Gorka, aunque creía conocer la respuesta.

– Propongo abandono…después de marcarlo como pirata para que lo maten si lo encuentran, ¿qué decís?

– Yo estoy de acuerdo. – afirmó Leoncio – Que Dios juzgue si merece o no seguir viviendo.

– Yo también. – apoyó Basilio, fiel amigo de Macario, pero añadió – Pero hago una petición, no podemos cortarle los brazos ni las piernas, ni nada que lo pueda dejar impedido, pero hay cosas que creo que no necesitará más, pido permiso para cortar.

– Es todo vuestro. – afirmó Guillo y se dirigió a su camarote seguido por Andrea.

– Guillo no puedes permitir eso, es cruel. – rogó Andrea.

– Andrea, merece eso y más por lo que ha hecho, puede ser cruel, pero no injusto, pago por pago, no hay pecado. Dame una razón que me demuestre que no es justo y les ordenaré que no le toquen.

Pero Andrea guardó silencio, le tenía mucho cariño a Macario y no podía decir que era injusto tratar a Goretti de aquella manera después de lo que había hecho sufrir al pobre hombre.

Poco después el aterrado y dolorido hombre era abandonado a su suerte en una pequeña isla, junto con una garrafa de agua y un pistolón cargado con una bala.

Los marinos izaron el ancla con ayuda del cabrestante, las velas fueron desplegadas y el barco zarpó guiado por la diestra mano del capitán. Estaba seguro de que le seguían, por eso dejó a Goretti en una isla lejos de las rutas habituales.

En el turno de las 7 se escuchó la voz de alarma que confirmó las sospechas de Guillermo:

– ¡Capitán! – llamó el vigía que, apostado en la cofa de mesana, oteaba el horizonte con un catalejo – ¡Barco enemigo a estribor!

Guillermo cogió un catalejo y, desplegándolo, observó el barco que les seguía. Estaba bastante alejado todavía y, si no variaba el rumbo, con una hábil maniobra, “El Temido” captaría todo el aire con sus velas, al tiempo que su enemigo quedaría a sotavento y no podría avanzar.

Todas las miradas estaban fijas en él, incluso Goliat había salido de la cocina, preparado para entrar en acción a una sola orden del capitán.

– Confirmado, es un enemigo, es un barco de guerra de la armada francesa. – explicó sin dejar lugar a dudas – ¡Goliat al timón! ¡Basilio controla la maniobra, tenemos que comprobar si deja que captemos el aire! ¡Gorka a mi camarote! ¡Todos los demás en sus puestos hasta nuevo aviso!

– ¿Qué rumbo tomo capitán? – preguntó Goliat.

– Rumbo SO. Nos dirigimos a Isla Mauricio.

– Guillo – preguntó Andrea – ¿puedo entrar yo también?

– Sí, ven, he de hablar contigo.

– ¿Cuál es el plan Guillo? – preguntó Gorka dentro.

– Huir. – le contestó Guillo tranquilo.

– ¿Qué? ¡Nunca hemos hecho eso! Estamos bien armados y no tememos a un barco francés. – protestó Gorka indignado.

– Quiero que ordenes tapar todos los cañones con mantas. – siguió el capitán impasible – No quiero que vean el brillo de un solo metal, tienen que pensar que huimos desarmados. Si tenemos que atacar lo haremos mañana a primera hora de la mañana, cerca de Isla Mauricio; aquí las corrientes no se pueden controlar y el viento cambia a cada momento. No podemos olvidar que esos son dos aliados imprescindibles. Les llevaremos a nuestro terreno, no será difícil porque estamos cerca y ellos avanzarán muy despacio, cuando estén a tiro de cañón estaremos preparados. No quiero que huyan y vuelvan con una flota completa.

– Entiendo. – dijo el contramaestre admirado de la astucia de su jefe, al igual que la mujer que les escuchaba en silencio – Pero tendremos que aumentar velocidad.

– Que desplieguen la boneta, cuando sepas a qué velocidad vamos informa.

– Si capitán. – afirmó el hombre y se dispuso a salir para cumplir órdenes.

– Gorka… ¿has visto el barco?

– Sí capitán. No es grande, una corbeta. Un abordaje no sería difícil en estas condiciones.

– Tengo otros planes. Si no me equivoco y a juzgar por los hechos, el capitán debe ser un novato. Es un barco de rastreo y me temo que no ha podido evitar dejarse ver, el capitán debe estar loco para atacarnos, pero si no quiere descubrirse no pude huir. El caso es que intentaré utilizar el recurso de Brulotte, no quiero perder tiempo, nos ha puesto sobre aviso, nos espían, así que haremos lo posible por que pierdan la pista un rato mientras no sabemos cuáles son sus planes. Avisa a los hombres, quiero que mañana todo el mundo sepa lo que tiene que hacer.

Gorka salió y Guillermo se quedó en silencio mirando a Andrea. Ella no sabía qué decir, así que preguntó:

– ¿Qué es el recurso de Brulotte?

– Es un truco muy viejo que se usa con los novatos, consiste en enviar una barca con varios espantajos a modo de señuelo. Se llena de hojas, pólvora y alquitrán, cuando el capitán dispare para cargarse a mis supuestos hombres, la barca estallará y su navío con ella. Todo depende de la estupidez del capitán, y, a juzgar por las maniobras de su barco, es muy grande. – le sonrió – No debes preocuparte. Esto en la vida del pirata es muy normal.

– Es por mi culpa, ¿verdad? – preguntó ella apenada.

– Andrea, somos un reclamo; mi barco es ahora mismo una mina de oro: en él viajan el honor, el orgullo y los doblones de oro de “Rufino”.

– ¿Rufino?

– Sí, tu prometido. Así es como le conocemos nosotros por su enorme valentía. – ella sonrió ante su ironía – Si nos captura recuperará su honor convirtiéndote en su esposa, además del dinero, el favor real y el orgullo que implican mi cabeza y la de todos mis hombres.

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2 respuestas a “Forbantes. La Novela Completa

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  1. Preciosa novela romántica de quinceañera fantasiosa… (palabras de la autora)
    He disfrutado y me he asombrado con todos los detalles (no solo los técnicos).

    Conozco a la autora y quiero felicitarla, soy amante del género ¨policiaco¨ y hacía muchos años que no leía aventura, he vuelto a los tiempos de Verne, Conrad, Kipling, …
    Romántica, amena, final a la altura de las circunstancias y una puerta abierta ¿será cierto que esta basada en el diario de su abuela Andrea?

    Gracias Condesa ha sido un placer leer su novela.

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    1. Paquita, primero que todo decir que conocerte ha sido y es un auténtico placer.
      Segundo, que tus palabras siempre son música para mis oídos, pero en este caso me has sacado los colores jeje.

      Me alegro muchísimo de haber podido recordarte aquellos tiempos de aventuras y autores increíbles y mágicos, de que la novela haya sido de tu gusto y de que no pertenezcas a la legión de seguidores que quieren asesinarme por escribir ese final jajaja.

      Por todo, gracias, gracias, gracias. Es un placer escribir para personas bellas como tú.

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