Manual para ser FELIZ. El libro Completo

6º PASO: Atrévete a equivocarte

Ese es uno de los grandes secretos de la vida, tomar riesgos sin temor a equivocarnos. Para conseguir algo, no basta con sentarse a desearlo, hay que ir a buscarlo, hay que arriesgar. Y muchas veces no va a salir todo como lo habíamos planeado.

Dicen que en el mundo existen 2 tipos de personas: las que ven las cosas pasar y las que hacen que las cosas pasen. Pues a esa actitud me refiero. Tú mismo estás arriesgando, estás dedicando tu tiempo y vas a poner en práctica los consejos de este manual para ver si consigues lograr ser feliz, eso es arriesgar.

Pero arriesgar parece que conlleva el riesgo de perder y perder ha tomado un cariz negativo. Perder es equivocarse, es fracasar. Y ahí es donde empieza el tremendismo.

“No debemos tener miedo a equivocarnos, hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.”

– Charles Chaplin –

Equivocarse no es fracasar, una vez más todo depende del punto de vista: equivocarse es la mejor forma de aprender, el ser humano todavía no ha encontrado una forma mejor de solucionar los problemas que utilizar el recurso de ensayo-error.

Se cree que cometer errores es malo, es algo que no aporta nada, pero una vez más, estamos quitando importancia, o peor aún, demonizando cosas muy valiosas:

Cuando tratas de aprender a caminar de niño, te caes muchas veces. Puedes pensar que es un fracaso, una pérdida de tiempo, incluso que caerte es un peligro y no sirve para nada. No voy a entrar en las virtudes que el caer en sí mismo tiene para el sistema corporal, voy a ir a lo más evidente, a lo más útil que tiene caerse: caerse te enseña a levantarte, a no rendirte, a que siempre está en tu mano volver a intentar caminar, a que no pasa nada si te quedas sentado o si te caes de morros, te vuelves a levantar y sigues insistiendo. Has aprendido a perseverar, a esforzarte, a no dejarte vencer por las adversidades.

Y además, estás entrenando dos virtudes que te ayudarán en la vida y en tu desarrollo personal: la tolerancia a la frustración y la resiliencia.

 

La tolerancia a la frustración es algo básico para el ser humano, algo que la mayoría de personas no han entrenado o de lo que carecen. Esta carencia es el origen real de muchos problemas de irritabilidad, angustia, estrés, depresión e incluso la raíz de la ira descontrolada [27].

Lo queremos todo y lo queremos ya, nos impacientamos, nos desquicia no poder conseguir las cosas rápido porque no tenemos tiempo que perder.

Para explicarlo de forma sencilla: la tolerancia a la frustración es la capacidad de encarar las desilusiones y los problemas o limitaciones que nos vaya planteando nuestra vida. Es la habilidad que nos permite ser felices a pesar de saber que nuestros deseos no siempre se van a cumplir.

Puedes pensar que eso es una verdad universal, que todos sabemos que nuestros deseos no siempre se hacen realidad y, por lo tanto, que todos sabemos tolerar el fracaso, pero no es así.

No creas que la baja tolerancia a la frustración (BTF como se le conoce en el mundo de la psicología clínica) es de personas iracundas y que reaccionan siempre con explosiones de carácter y malos modos. Quizá tú seas una persona con baja tolerancia y no lo sepas.

Los perfeccionistas, las personas que se fustigan con los errores del pasado, que tienen una autoestima baja, que se sienten culpables constantemente e incluso los que se desaniman fácilmente son personas con BTF.

Por ponerte un ejemplo, es una actitud muy común en nuestra sociedad hacer listas de propósitos, por ejemplo iniciar un hábito por cuestiones de salud (una dieta, empezar a hacer deporte, etc…). El 90% de las personas abandonan sus metas antes del primer mes [28]. Y tú ya sabes por qué.

¿Porque el esfuerzo es grande y el resultado no vale la pena? No, porque se han rendido y no fueron capaces de esperar el tiempo suficiente para “recoger los frutos” de su trabajo. Se han frustrado.

Como puedes ver fracaso y frustración suelen ir de la mano, porque fracasar genera pensamientos y emociones muy intensas, difíciles de controlar y asimilar. A esos sentimientos del “no valgo para nada”, “todo me sale mal”, “¿por qué a mí?”, “no soy capaz” y un largo etcétera, le llamamos frustración.

 

Ya sabes lo que es la frustración y sabes que si queremos asumir nuestras equivocaciones como algo que nos hace crecer es necesario que la entrenemos.

“Vale”, me dirás, lo entiendo, “pero ¿cómo me trabajo esto?”.

  • Pues lo primero para gestionar la tolerancia a la frustración es ser consciente de lo que te frustra, de lo que te hace perder los nervios. Cuando encuentres esos momentos que te desquician podrás concentrarte en encontrar el motivo que te hace estar frustrado.

En general, las situaciones frustrantes suelen generarse por las expectativas que nos hemos creado previamente. Por eso las situaciones frustrantes suelen ser parecidas para todo el mundo: momentos en que creemos fracasar, recibir un trato injusto, estar rodeados de personas que no tienen consideración con nosotros, etc…

Como puedes ver, la frustración nace de una creencia y eso nos lleva al segundo paso:

  • Tu segunda pauta es que aprendas a distinguir el sufrimiento real del imaginario. Ya lo hemos hablado, ¿recuerdas?

Esto es fácil de ver en las relaciones, si tu pareja o tu hijo hacen ruido y tú necesitas silencio, puedes sufrir porque crees que no te mereces eso, que ellos deberían saber que necesitas calma cuando estás haciendo algo importante y que no te tienen en cuenta. O puedes dejar de sufrir y simplemente explicárselo o pedírselo.

Sí, es así de simple, lo complicado es darte cuenta de que estás creando una cadena de pensamientos que nada tiene que ver con la realidad, pero una vez que lo piensas, solucionarlo es muy sencillo.

  • Lo tercero que puedes hacer es aprender a distinguir entre deseo y necesidad, pues esta es una de las principales fuentes de frustración de nuestra sociedad.

Te podría dar infinidad de ejemplos, pero sólo con un par de ellos podrás ver cuál es la raíz de todos:

Puedes necesitar un móvil para trabajar, pero tener un Iphone o cualquier marca específica es un simple deseo, lo que necesitas es un dispositivo para hacer y recibir llamadas, la marca es un antojo.

Puedes necesitar un buen calzado para hacer deporte y no lastimar tus pies, pero que sea de la marca X y de color naranja fosforescente es un capricho.

En general, habrás observado que las modas y las marcas se dedican a crear deseos en donde había una necesidad. Y sus legiones de fans te hacen creer que eres un fracaso si no tienes ese producto porque estás fuera del grupo. Pues la tolerancia a la frustración te ayuda a ser feliz a pesar de no tener un móvil de marca ni un calzado muy fashion, porque no es una carencia que te arruine la vida, ni te haga ser más o menos triunfador o mejor o peor persona.

Ahí estás combinando por un lado el conocimiento de que lo que tienes es sólo un deseo (y no una necesidad) y también la capacidad de distinguir si eso te genera problemas reales o sentimientos imaginarios creados por una campaña de marketing.

  • Y por último, lo que puedes hacer cuando ya tengas el tema controlado es enfrentarte a situaciones que antes te generaban esa frustración, pero aplicando estos recursos tan simples para comprobar que ya no tienes que sufrir por ello.

 

Bueno, ya tenemos recursos para superar la BTF, pero para aprender de nuestros errores y superarlos también tenemos que tener otra habilidad: la resiliencia.

Quizá ni te suene el concepto, pero tranquil@, traes de serie la habilidad de conseguirla y estás cansad@ de escuchar hablar de ella.

En las páginas de psicología se hace referencia a la resiliencia como la capacidad que tenemos para superar circunstancias traumáticas (la muerte de un ser querido, una violación, un ataque terrorista, etc…), pero el concepto no se refiere a cuestiones tan terribles.

A nivel práctico, la resiliencia es la capacidad que tenemos para sobreponernos cuando nos encontramos con situaciones adversas de cualquier tipo. Y en la mayoría de los casos, se puede añadir que no se trata sólo de sobreponerse, sino de tener la habilidad de utilizar esa adversidad para salir fortalecido.

Trabajarla depende como siempre de ser realista y de cambiar el punto de vista con el que valoramos la adversidad [29].

Por ejemplo, puedes creer que todo son dificultades o valorar cada dificultad como un reto. Este cambio de mentalidad te hace pasar de pelearte con la frustración de no encontrar nada más que problemas a iniciar un camino de superación de desafíos.

“Los retos hacen que la vida sea interesante. Superarlos es lo que hace que la vida tenga sentido.”

– Ralph Waldo Emerson –

Además la resiliencia se trabaja con la creatividad, porque los retos se superan siendo creativo, cuando el plan A no funciona, en lugar de lamentarse hay que pasar al plan B.

 

Más adelante hablaremos de esto, ahora lo que quiero que te quede claro es que equivocarse y “fracasar” tiene su parte positiva e incluso, a veces, es lo mejor que te puede pasar:

  • Alexander Fleming era un científico desordenado y bastante olvidadizo. Estaba haciendo un estudio para tratar de curar enfermedades. Cuando se fue de vacaciones olvidó tapar varias placas petri que contenían bacterias. Al volver, vio que las placas estaban llenas de moho y, observándolas al microscopio se dio cuenta de que este moho (Penicillium) había conseguido matar a las bacterias. Acababa de descubrir la penicilina.
  • Un ingeniero de la compañía Canon se dejó olvidado un bolígrafo suyo sobre un hierro caliente. Segundos después observaba sorprendido cómo la tinta salía disparada. Gracias a ese olvido inventó la primera impresora de chorro de tinta.
  • Por su parte, Jamie Link, una alumna de química de la universidad de California, rompió sin querer el chip de Silicio con el que estaba trabajando. Se quedó impactada al descubrir que los pequeños bits del chip continuaban enviando señales, como si fuesen unos diminutos sensores. Había nacido la nanotecnología, se le conoció como polvo inteligente y, a día de hoy, se utiliza en la detección de agentes químicos en el aire, la localización de células cancerosas o el control del agua potable.

 

Ya ves que tropezar no es tan malo como se cree, a cambio de cada tropiezo conseguirás entender una lección nueva, que te permitirá conseguir nuevos recursos para tu avance e incluso tomar un camino diferente que ni siquiera imaginabas.

Lo que es seguro es que aprenderás. Y si además aplicas el Paso de crear tu propia realidad de forma positiva, podrás verlo como Edison cuando habló sobre los 1000 intentos que tuvo que llevar a cabo hasta lograr descubrir la bombilla:

“No fracasé 999 veces, descubrí 999 formas de no hacer una bombilla.”

– Thomas A. Edison –

Cuando tomas una decisión y “te equivocas”, en realidad has aprendido y logrado muchas cosas. ¿Qué tiene de bueno arriesgar y equivocarse?

En primer lugar has pasado a la acción, en vez de darle a tu autoestima el mensaje de que has fallado, el mensaje correcto es que has conseguido tener valor para despejar tus dudas, porque es mejor equivocarte que pasar la vida lamentándote de no haberlo intentado.

Has progresado en tu vida, ya no estás inmóvil tratando de tomar una decisión, has tomado las riendas y has actuado, acabas de ingresar en el bando de las personas que hacen suceder las cosas.

 

Si hay un cariz negativo en el equivocarse podría como mucho decir que lo malo no es tropezar con una piedra, lo malo es encariñarse con ella, conformarse con el tropiezo y no seguir avanzando.

Equivocarte te abre un sinfín de nuevas posibilidades, de nuevas formas de intentar las cosas con un montón de datos novedosos y eso nos lleva al siguiente Paso:

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2 respuestas a “Manual para ser FELIZ. El libro Completo

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  1. Buenos dias Condesa, aquí tu fan número uno, ya he leído tu manual y solo puedo decir, FANTÁSTICO, me ha encantado, me parece genial que hayas hecho esta guía de la vida, es fresco, rápido de leer y entretenido desde la primera letra.
    Espero que sigas adelante con tus sueños, y aunque creo que sobra decirlo, sigue este manual para ser feliz, yo intentaré hacerlo. Mucha suerte en tu vida entre letras y te deseo lo mejor, ojalá te.vuelva a leer pronto.

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    1. Buenos días Pancha!
      Que bueno leerte de nuevo, me alegro mucho de que este manual te haya parecido útil y me siento halagada de que lo consideres una «guía de vida».
      Gracias por todos tus buenos deseos, yo espero que tengas una vida tan feliz como quieras y que tus proyectos para este año se hagan realidad. Me leeré el manual de nuevo y lo pondré en práctica siguiendo tu consejo (que a veces en casa de herrero…).
      Espero poder seguir cumpliendo ese deseo de aportar cosas interesantes para leer. Seguimos en contacto. Un saludo!

      Le gusta a 1 persona

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