Manual para ser FELIZ. El libro Completo

8º PASO: Quiérete a ti mismo

En este caso tengo que decirte que este es un secreto a voces, estarás cansad@ de leerlo por todas partes.

Y, una vez más, pensarás que no es tan sencillo, pues lamento decepcionarte, pero sencillo realmente sí que lo es, aunque como con tantas otras cosas, nos complicamos la vida. Entonces lo sencillo se vuelve trabajoso, porque tenemos  que desaprender a criticarnos y tratarnos mal para poder partir de cero y querernos.

Cuando te quieres, cuando crees en ti mismo, todo funciona. ¿Recuerdas el ejemplo del niño pequeño que aprendió a caminar? Se cae una y otra vez, pero lo sigue intentando hasta conseguirlo, ¿sabes por qué? Porque cree en sí mismo, porque sabe que lo va a conseguir, porque si los demás pueden, él también puede hacerlo, y si quieres hilar más fino tiramos de lógica oriental:

“Si otros ya lo han conseguido significa que yo puedo hacerlo también. Si nadie lo ha conseguido aún significa que debo ser el primero en hacerlo.”

– Premisa Oriental –

Pues te puedo asegurar que quererte a ti mismo no es tan complicado como podría parecer [32]. Lo primero de todo quiero que tengas claro que quererse a sí mismo es un hábito, formado sobre todo por el carácter, el entorno y la educación recibida. Y como todo hábito se puede adquirir, perder o cambiar. Es decir, practicar, practicar, practicar, ¿te suena?

 

Quererse a uno mismo se basa en dos principios: aceptarte como eres y valorarte a ti mismo de forma positiva.

Con respecto a aceptarte como eres, aquí la cuestión es que partimos de un gran hándicap: para podernos valorar primero nos tenemos que conocer.

Gran trabajo este, no por complicado, sino porque tenemos muchísima información sobre nosotros mismos y, en la mayoría de los casos, esa información es incorrecta.

“Para ser quien eres, primero tienes que olvidar lo que otros te dijeron que eres.”

– Anónimo –

La opinión de los demás es un gran lastre cuando queremos entendernos a nosotros mismos.

Si haces una lista de lo que crees que eres (meditando a tope) y le pides a alguien de confianza que haga otra lista sobre lo que cree que eres, es probable que muchos adjetivos sean diferentes y te sorprendan (o todos porque TODO es posible).

Conforme has vivido, has ido creando una personalidad basada en los comentarios de los demás, en las valoraciones que han hecho de ti mismo, en tus experiencias personales y en lo que has creído que era correcto o se esperaba de ti. Has creado tu propia realidad.

Ahora debes descubrir quién eres en realidad, este es un trabajo complejo pero puedes empezar por lo más básico, tú eres tú, céntrate en lo que te gusta de verdad, en las cosas que te salen bien, en los dones que tienes y, a partir de ahí, construye esa nueva identidad que realmente te represente.

 

Una vez que hayas descubierto tu verdadero yo [33], la receta es evidente:

Acéptate, sé tú mismo.

Vivimos en sociedad y, sí, no podemos escapar de la educación, esa especie de domesticación impuesta que nos hace más fácil la convivencia como grupo. Pero que también nos complica la existencia como personas individuales con un millón de cargas que no nos pertenecen.

Desde pequeños nos enseñan a no valorarnos y, a que si deseamos hacerlo, el rasero o la vara de medir son los demás [34].

Pues bien, tu forma de ser, pensar y actuar te hace único. No tienes que demostrarle nada a nadie. Al compararte lo que consigues es quedarte estancado en tu camino e infravalorarte.

Todos a lo largo de nuestra vida estamos sometidos a un constante bombardeo de comparaciones, generalmente con la única intención de hacernos sentir mal, incómodos, poco útiles. O simplemente quieren que pasemos por el aro.

 

Aquí entran conceptos tan básicos como la justicia, pero ¿qué es la justicia? Pues depende, hay quien dice que la justicia es dar a todos lo mismo, el mismo trato.

Pero no creo que sea el método más adecuado y, con un ejemplo muy sencillo entenderás a qué me refiero:

Jorge y Luis son dos amigos. Quieren ver una playa que está tras un muro de 3 metros de alto. Para que lo consigan le damos a cada uno una escalera de 1,5 metros. En principio parece una solución justa, ambos tienen lo mismo.

El caso es que Jorge mide 1,80 metros, mientras que Luis mide 1,40 metros. Así que Jorge podrá ver la playa, pero Luis seguirá sin sobrepasar el muro. La solución más justa sería darle a Luis una escalera más alta que a Jorge ¿no crees?

 

El problema es que nuestro cerebro está educado para creer que la única justicia que existe es tratar a todos desde la igualdad. Pero como has podido ver en el ejemplo anterior, si no tenemos en cuenta las características y situaciones personales de cada uno, el trato es de lo más injusto [35].

En mi caso yo apoyo a Einstein:

“Todo el mundo es un genio, pero si se juzga a un pez por su habilidad de trepar a un árbol, pasará toda su vida creyendo que es un estúpido.”

– Albert Einstein –

Pues debes ser justo contigo mism@, tener en cuenta tus peculiaridades y valorarte según tu esfuerzo y tu dedicación y no según las de los demás. Siempre habrá alguien que haga las cosas mejor que tú. Y siempre harás las cosas mejor que otras muchas personas. Por eso las comparaciones no sirven de mucho y como decimos en mi casa: “en esta familia no nos guiamos por encuestas.” Quiérete por quien eres.

Ahora supongo que estarás pensando, ¿fácil? Pues cada vez me parece más trabajoso. Tengo una buena noticia, aceptarse a uno mismo y valorarse es bastante sencillo, con dos normas puedes conseguirlo:

  • La primera: el amor y el respeto son dos caras de la misma moneda. ¿Qué quiero decir con esto? Pues lo primero que tienes que hacer para quererte, es aprender a respetarte.

Poner límites es un ejemplo de respeto [36], cuando quieres decir que no, pero no te sientes capaz, estás siendo poco respetuoso con tu opinión, estás valorando más a los demás que a ti mismo. Decir “No”, es tan agradable y simple como decir “Si”; con un pequeño matiz, estamos educados para pensar que decir “No” es una barbaridad, una muestra del más absoluto y radical egoísmo.

Piénsalo, en el fondo no es tan terrible:

Si tu pareja te pide que mates a su tía porque hoy se ha enfadado con ella, le dirías que no sin dudarlo.

Si tu hijo te pide que le prendas fuego al colegio porque no le gusta ir, le dirías que no sin problemas.

Si tu sobrino te pide que le compres todas las bolsas de chuches que hay en el supermercado, le dirías que no.

Si tu jefe te pide que bailes desnud@ en la puerta del local para hacer una campaña publicitaria o atraer más clientes… ¡por favor dile que no!

Entonces, ¿por qué nos cuesta tanto decir “No”? Tenemos un montón de justificaciones para decir “Si”: que si a nosotros no nos cuesta nada, que si no es para tanto, que si bla bla bla…

 

Creo que en el fondo la razón es una sola: queremos que nos quieran, no queremos que se enfaden con nosotros, ni decepcionar a nadie.

Toma un tiempo para pensar en esto, no tienen que quererte por lo que hagas o dejes de hacer. Tienen que quererte por quien eres, por cómo eres, no por lo que haces por ellos. Es una forma de chantaje encubierta a la que nos someten desde muy pequeños: Si te portas mal no te voy a querer, si no haces esto o aquello dejo de quererte, los niños y niñas buenos hacen esto y lo otro [37].

Te voy a desvelar un secreto todavía más grande: la única persona a la que tienes que agradar, valorar y respetar siempre es a aquella con la que pasarás el resto de tu vida. Porque no hay nada más horrible que convivir con alguien con quien te llevas mal.

Y puedo decirte, sin temor a equivocarme que sé quién es esa persona: eres tú mism@.

Desde el principio y hasta el final de tus días estarás a tu lado. Cuando busques una mano que te ayude, sea cual sea la situación, la encontrarás al final de tu brazo.

Ten esto presente, no te digo que no valores y aprecies a los demás, ni que seas tremendista y creas que tienes que ser autosuficiente porque nadie te va a ayudar en la vida. Sólo te estoy diciendo que si partes de vivir cómodo contigo mismo, TODO, absolutamente todo lo que hay a tu alrededor, se irá alineando con ese respeto y amor que sientes por ti y no tendrás que vivir amargado, triste o sometido.

Cuando alguien se enfada porque dices “No”, ten claro que no te está respetando, tienes derecho a decir “No”. Se trata de tus deseos y normas morales y no deberías poner a nadie por encima de eso. Cada vez que dices “Sí”, pero gritas “No” en tu interior, te dejas pisotear, tu autoestima baja a nivel subterráneo, te infravaloras y pierdes tu felicidad sólo por el poder de una palabra.

 

Puedes decir “No” sin problema y si eso frustra o hace enfadar a alguien, está en su derecho, pero no es tu responsabilidad [38]. Es cierto que a nivel teórico suena sencillo, aunque a nivel práctico puede resultar muy problemático. Ahí es donde debes valorar la situación.

Si lo que vas a hacer no te gusta, pero no hacerlo te provoca más problemas, sé claro con la otra persona: “lo haré, pero no me gusta hacer eso y preferiría no hacerlo.”

Quizá te parezca poca cosa pero es un gran paso, has expresado tu opinión, ahora la otra persona sabe que no te gusta, y puedes incluso añadir que, por favor, en el futuro evite pedirte esas cosas pues no te agrada realizarlas. Estás empezando a valorarte y a pedirle a la otra persona que actúe en consecuencia.

Si no quieres hacer eso y expresarlo no va a traerte graves problemas o, si por una cuestión de principios, no quieres hacerlo di NO y no lo hagas. Si la otra persona monta en cólera, se enfada y no vuelve a tener relación contigo, ¡enhorabuena! Ya tienes un problema menos.

Si opta por la versión chantajista del tipo “bueno, pues si tanto te molesta ya lo hago yo”, “no, no te vayas a molestar por mí” sólo debes adoptar la actitud del “no soy adivino”.

No tienes que captar indirectas ni saber cuándo alguien habla en modo irónico, así que si la persona te dice algo de ese tipo contéstale con la mejor intención y el mejor talante posible “Gracias, eso me hará muy feliz porque es muy agradable para mí saber que tienes mi opinión en cuenta.”

Recuerda que tienes derechos y que cuando no los respetan y surgen graves problemas no tienes que someterte y sufrir, busca alternativas y si no las encuentras no olvides el ejemplo del vecino ruidoso, apártate de esa persona o situación porque mereces ser feliz y dejar de sufrir, actúa, muévete, no te conformes.

 

Eso nos dirige a la segunda forma de quererte [39]: actuar, demostrártelo, sí, así tal cual suena. Demuéstrate que te quieres haciendo cosas que te gustan y te resultan agradables. Fíjate que no digo frases del tipo “consiéntete”, “date el capricho”, no.

Consentirte y darte el capricho es una forma velada de decir que no tienes derecho a eso, que es algo innecesario, que te estás sobrevalorando. Las palabras que decimos, las frases, los conceptos son muy importantes porque nos sugestionan, porque tienen mucho más valor del que pensamos [40].

Demostrar tu amor propio es una tarea agradable, placentera y que te aporta felicidad. Sabes hacerlo, lo haces constantemente por los demás: besas, acaricias, escuchas, haces favores, preparas cosas para agradar a tu pareja, a tus hijos, haces planes que gustan a los que te rodean, etc… Pues no te será complicado aplicarte el cuento:

Dedícate tiempo, cuida los pequeños detalles y no pienses que todo se reduce a lo económico. Demostrarte que te quieres no tiene que ser tan complicado como ir a comprarte todo lo que crees que te gusta, ni siquiera tienes que darte unas vacaciones de lujo o irte a un spa. No llevas a tu pareja de vacaciones a un spa todos los fines de semana, ni a tus hijos al parque de atracciones y no por eso dejan de quererte. El amor es algo que se construye cada día, y el amor propio no iba a ser menos.

Baila, canta, date un baño relajante, desayuna viendo amanecer, disfruta un paseo, relájate, lee, pinta, dedícate tiempo.

 

¿No tienes tiempo? Claro que sí, ver un bonito amanecer mientras desayunas no te lleva más que 3 minutos, con levantarte de la cama 3 minutos antes, listo. Te gusta bailar pero tienes mucho que hacer, baila mientras friegas, planchas o aspiras la casa.

Créeme, si haces esto las cosas cambian y mucho. A veces los detalles más simples hacen la diferencia: salúdate al despertar de la misma manera que saludas al resto de personas, deséate un buen día cada vez que sales a trabajar o empiezas tus tareas, date ánimos, prémiate cada vez que consigues hacer algo que no te gustaba [41].

Tu vida no es amarga y triste, tú no eres una persona amargada y triste, simplemente no te has dado cuenta de todas las cosas a las que has ido renunciando, de todos los hábitos que se han quedado a tu lado perjudicándote.

Y ahora quizá pienses que he abierto la caja de los truenos, la culpa es de todos los demás porque nunca te han valorado, la culpa es de la sociedad y del colegio, la culpa es tuya porque no sabes tratarte bien…

Pues no, ja, y aunque así fuese no nos importa, da igual quien sea el responsable, lo importante es quién puede cambiar la situación y, una vez más, somos nosotros.

El pasado nos da igual ¿recuerdas?, lo importante es el presente, lo que creamos a partir de ahora y guardar rencores o buscar culpables es una tarea tan inútil como desalentadora. Las personas felices no buscan culpables, se responsabilizan de su vida, de sus decisiones y les da lo mismo quien ha provocado una situación, se centran en resolverla. No se dejan desconcentrar con el odio o los reproches hacia los demás.

Y esto nos lleva al siguiente Paso:

Páginas: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15

2 respuestas a “Manual para ser FELIZ. El libro Completo

Add yours

  1. Buenos dias Condesa, aquí tu fan número uno, ya he leído tu manual y solo puedo decir, FANTÁSTICO, me ha encantado, me parece genial que hayas hecho esta guía de la vida, es fresco, rápido de leer y entretenido desde la primera letra.
    Espero que sigas adelante con tus sueños, y aunque creo que sobra decirlo, sigue este manual para ser feliz, yo intentaré hacerlo. Mucha suerte en tu vida entre letras y te deseo lo mejor, ojalá te.vuelva a leer pronto.

    Le gusta a 2 personas

    1. Buenos días Pancha!
      Que bueno leerte de nuevo, me alegro mucho de que este manual te haya parecido útil y me siento halagada de que lo consideres una «guía de vida».
      Gracias por todos tus buenos deseos, yo espero que tengas una vida tan feliz como quieras y que tus proyectos para este año se hagan realidad. Me leeré el manual de nuevo y lo pondré en práctica siguiendo tu consejo (que a veces en casa de herrero…).
      Espero poder seguir cumpliendo ese deseo de aportar cosas interesantes para leer. Seguimos en contacto. Un saludo!

      Le gusta a 1 persona

Deja tu opinión

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Crea una web o blog en WordPress.com

Subir ↑