Manual para ser FELIZ. El libro Completo

3º PASO: Tú creas tu realidad

Esto es así, tal cual, y por supuesto hay una frase célebre para explicarlo:

“No hay manera más sencilla de predecir el futuro que creándolo.”

– Peter Drucker –

En la vida no existen verdades absolutas, sino versiones y, una vez más, te digo que tú decides el punto de vista o la versión que deseas vivir.

Si crees que tienes un problema, entonces tienes un problema, porque cuando nos obsesionamos con algo o nos repetimos una idea constantemente la acabamos haciendo realidad y atrayéndola [18].

 

Todo el mundo ha tenido el ejemplo cerca del “no te subas a ahí que te vas a caer”, te lo repiten 15 veces y a la 16 te caes. ¿Qué conclusión podemos sacar de esto? Vayamos por partes:

  • Si crees en la casualidad puedes entender que la persona ha acertado por pura estadística, después de repetirlo, era muy mala suerte que no se cumpliese alguna vez.
  • También puedes pensar que esa persona ha fallado en su predicción 15 veces, pues las 15 veces anteriores no te has caído.
  • Pero si vas un poco más allá entenderás que necesitó 15 repeticiones para convencerte de que te ibas a caer.

Esto es así, los abejorros no pueden volar, según todas las leyes de la física su cuerpo rechoncho no podría volar con unas alas tan pequeñas. ¿Sabes por qué a pesar de ello vuela?

Porque nadie se lo ha comunicado, para él no es una realidad. El abejorro es feliz volando, no tienen a nadie calentándole la cabeza con la idea de “como estas gordo no puedes volar” (supongo que en este caso las avestruces si son más influenciables xD), no tiene traumas, no obedece a encuestas, quiere volar y vuela. El abejorro ha tomado la decisión de crear su realidad, le pese a quien le pese y, aunque haga tambalearse a todas las leyes de la física humana.

 

Casi todos los pasos de este manual se basan en tomar una decisión y aplicarla y, en este caso la decisión es muy radical, es más, yo la enunciaría como la ley número uno de la salud mental:

“No sufras por cosas imaginarias.”

– La Condesa –

 

Ahora sí que pensarás que he perdido los papeles por completo y que, precisamente de salud mental no soy la más indicada para hablar. Pero una vez más yo quiero animarte a que sigas leyendo, a que veas las razones por las que lo digo y lo juzgues por ti mismo.

Reafirmo mi idea de que las personas decidimos sufrir y no es una cuestión de estar locos o ser masoquistas. Hablo muy en serio cuando digo que sufrimos por cosas imaginarias, no es una idea tan rocambolesca como en un principio pueda parecer. Para darte ejemplos voy a ponerte a ti como persona “normal” y a mí como persona “masoquista” que decide sufrir porque sí.

Situación 1: Un resfriado.

Empecemos por ti: Tú tienes fiebre, malestar, dolor de cabeza y estás destemplad@. Tienes que descansar, en el sofá te tapas con una manta, duermes un poco y al despertar te sientes mejor. Sabes que es cuestión de tiempo que se te pase. Incluso puedes disfrutar del pequeño descanso que te da ese resfriado o de los cuidados que te prodigue tu entorno. Y ya llegar al punto desproporcionado de estar agradecid@ porque el resfriado te da un respiro en el trabajo, porque puedes apreciar por fin la maravilla de tener la posibilidad de darte una ducha reconfortante o el placer de un plato de comida bien calentito.

Ahora vamos conmigo: Yo tengo fiebre, malestar, dolor de cabeza, estoy destemplada, pero además tengo un enfado monumental. El resfriado me obliga a dejar el trabajo a medias, no puedo dormir porque no paro de pensar en todo lo que tengo pendiente, en que no es justo que me pase esto a mí con lo que cuido mi salud, en que seguro que fue culpa de alguien que me estornudó al lado. Conforme pasan los minutos la cabeza me duele más, estoy harta de todo, le hablo mal a las personas que están a mi alrededor y no paro de repetirme que es injusto.

El resultado es que tú mañana te encontrarás mejor y tendrás más energía e ideas nuevas, gracias al descanso. Yo por mi parte tardaré más en recuperarme, estaré insoportable y cada día rendiré menos en el trabajo hasta que el resfriado consiga tumbarme en la cama y el cuerpo descanse por puro agotamiento y desgaste.

 

Aún no te he convencido de que el dolor es real, pero el sufrimiento es una ilusión que escogemos, pues vamos al siguiente ejemplo:

Situación 2: La espera.

Tú has quedado con un amigo en una cafetería para veros y charlar tomando algo. Tu amigo se retrasa, esperas 5 minutos y al ver que no llega pides un café para ti. Aprovechas la espera para leer el periódico con tranquilidad, sabes que a cualquiera le puede surgir un imprevisto y que si pudiese avisarte ya lo habría hecho.

Yo he quedado con un amigo en una cafetería para vernos y charlar tomando algo. Mi amigo se retrasa, espero 5 minutos y al ver que no llega me empiezo a preocupar por si le pasó algo. Le envío un mensaje para comprobar que está bien. No me contesta, empiezo a ponerme nerviosa. Le llamo, 3 veces. No responde, me temo lo peor.

En cuestión de 10 minutos tú has disfrutado un café y te has puesto al día con el periódico. Yo por mi parte he adelgazado 3 kilos y estoy sudando sangre pensando que mi amigo ha podido sufrir un accidente, ser víctima de un secuestro o a saber cuántas tragedias más. Y lo peor es que nuestro amigo aún no ha llegado…

…Pasan 20 minutos y tu amigo te llama por teléfono. Te cuenta que se retrasó en el trabajo porque le acaban de encomendar un nuevo proyecto y no pudo avisarte porque estaba reunido con el jefe. Le comentas que es lógico que no te llamase y que no se preocupe, que tienes tiempo. Tu amigo va hasta la cafetería y juntos celebráis su nuevo rumbo.

…Pasan 20 minutos y mi amigo me llama por teléfono. Antes de que pueda decirme algo le pregunto qué ha pasado, que estoy muy nerviosa por si se encuentra bien. Muy apurado me cuenta que se retrasó en el trabajo porque le acaban de encomendar un nuevo proyecto y no pudo avisarme porque estaba reunido con el jefe. Estoy tan nerviosa por la tensión que he vivido que no puedo razonar con claridad y lo único que puedo pensar es que es un desconsiderado, que seguro que tuvo un minuto libre para avisarme y pudo ahorrarme un rato de angustia innecesaria. Me siento ofendida y le hablo de malos modos, él se pone a la defensiva y me pide que quedemos mejor otro día porque tiene mucho trabajo con esta nueva situación.

Como puedes ver tú tienes una relación fluida con tu amigo y un motivo añadido para disfrutar de vuestra reunión. Yo por mi parte me he amargado la tarde y he podido incluso perder la relación con  mi amigo.

 

Los dos ejemplos te pueden parecer desproporcionados, pero ponte en mi lugar, en lo que yo estoy sintiendo, en lo que agota pelearse con el mundo estando enfermo, en el infierno que he vivido estando preocupada sin razón. Si te das cuenta el problema ha sido que me he creado una realidad alternativa, un futuro inhóspito y aterrador, me he PREocupado [19].

Nada, sigues sin estar convencid@ de que el sufrimiento lo escogemos porque yo soy muy paranoica y tú no, pues vamos al último ejemplo:

Situación 3: El mensaje.

Tú has conocido a una persona nueva y habéis intercambiado los números de teléfono con la intención de volver a quedar para charlar. Unos días después decides enviarle un mensaje. No te responde todavía, aunque lo ha leído. No te preocupa, si desea quedar te contestará.

Yo he conocido a una nueva persona y hemos intercambiado los números de teléfono con la intención de volver a quedar para charlar. Unos días después decido enviarle un mensaje. Lo ha leído, pero no me responde. Reviso el móvil cada media hora para ver si me ha contestado. Empiezo a pensar que quizá me equivoqué al anotar el número. Cuando ya han pasado 3 horas creo que lo que sucede es que no le he causado una buena impresión y no le apetece quedar conmigo. A lo mejor me ha dado el número mal a propósito. Me siento mal, no debí haberle mandado el mensaje, pero ya no tengo forma de evitarlo y eso me mortifica.

Como puedes ver, cuando al día siguiente esa persona nos conteste, tú habrás sido feliz haciendo tu vida y recibirás la agradable noticia de que podéis quedar otro día para intercambiar opiniones, y yo recibiré con alivio el mensaje después de haber conseguido sentirme mal y hacer que mi autoestima se estrellase contra el suelo.

Una vez más el quiz de la cuestión está en la PREocupación. Esa es la raíz del siguiente Paso:

Páginas: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15

2 respuestas a “Manual para ser FELIZ. El libro Completo

Add yours

  1. Buenos dias Condesa, aquí tu fan número uno, ya he leído tu manual y solo puedo decir, FANTÁSTICO, me ha encantado, me parece genial que hayas hecho esta guía de la vida, es fresco, rápido de leer y entretenido desde la primera letra.
    Espero que sigas adelante con tus sueños, y aunque creo que sobra decirlo, sigue este manual para ser feliz, yo intentaré hacerlo. Mucha suerte en tu vida entre letras y te deseo lo mejor, ojalá te.vuelva a leer pronto.

    Le gusta a 2 personas

    1. Buenos días Pancha!
      Que bueno leerte de nuevo, me alegro mucho de que este manual te haya parecido útil y me siento halagada de que lo consideres una «guía de vida».
      Gracias por todos tus buenos deseos, yo espero que tengas una vida tan feliz como quieras y que tus proyectos para este año se hagan realidad. Me leeré el manual de nuevo y lo pondré en práctica siguiendo tu consejo (que a veces en casa de herrero…).
      Espero poder seguir cumpliendo ese deseo de aportar cosas interesantes para leer. Seguimos en contacto. Un saludo!

      Le gusta a 1 persona

Deja tu opinión

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Crea una web o blog en WordPress.com

Subir ↑