Manual para ser FELIZ. El libro Completo

9º PASO: Aprende a perdonar

Este es uno de los grandes pilares que sustentan la felicidad. Comprenderás que ir por el mundo enojado y furibundo por todo lo que sucede a nuestro alrededor no pega mucho con la actitud de una persona que se siente feliz.

Vamos a empezar por lo sencillo: el perdonarse a uno mismo. Si, la mayoría de pasos parten de uno hacia afuera porque es mucho más fácil aplicarlo primero en el entorno más cercano y después contagiarlo alrededor. Además si no empiezas por ti mismo, muchas veces te olvidas de que tú también cuentas y eres importante, y ya hemos visto que un Paso es empezar a quererse.

Creo que la forma más fácil de ser condescendiente con uno mismo se puede conseguir aplicando un razonamiento práctico:

“Trátate a ti mismo como tratarías a los demás.”

– La Condesa –

A casi todas las personas que conozco que se infravaloran y critican, las escucho hablarse a sí mismas y me quedo espantada. Creo que esas mismas personas jamás le dirían cosas tan horribles, nunca juzgarían con tanta dureza y por supuesto no serían tan estrictas, con absolutamente nadie más.

Realmente los jueces más intransigentes, estrictos y crueles somos nosotros mismos, no se trata de sentirnos mal por ello, sino de ser conscientes de ese patrón de conducta y cambiarlo [42].

¿Cuántas veces te has dicho “que estúpido soy”, “soy un inútil”, “no valgo para nada” y un montón de perlas de ese tipo?

Pues esto es simple de cambiar: cuando te hables a ti mismo, pregúntate: si esto mismo lo hubiese hecho mi hijo, mi padre, mi pareja, mi mascota, ¿le diría estas mismas cosas?

De esa manera te darás cuenta de que lo que para ti mismo significa “eres un inútil y no vales para nada”, cuando valoras a los demás significa “no pasa nada, nadie es perfecto, no te preocupes por eso, te quiero y me da igual que no lo sepas hacer o no te salga bien.”

 

Es muy habitual que nos fustiguemos por cuestiones del pasado, por todo lo que hemos hecho mal, por esos errores que no han servido para nada más que para evidenciar lo inútiles o malos que somos (si, si, que le zurzan al Paso de que es bueno equivocarse).

Pero para ejemplificar lo EQUIVOCADOS que estamos con esa actitud nada como plantear una frase célebre:

“Todo santo tiene un pasado y todo pecador un futuro.”

– Oscar Wilde –

Toma ya, nadie es perfecto, los errores nos acompañan, nos hacen crecer y nos dan fuerza si los asumimos con la actitud correcta. Si hasta ahora no has sabido hacerlo recuerda que a cada momento tienes la posibilidad de volver a intentarlo [43].

Y no te sientas culpable, una cosa es que te responsabilices de tus actos (es decir, asumas la parte que te toca y hagas lo posible por cambiarlo) y otra que ahora tú tengas la culpa de todos los males del universo. Como ya sabes las personas felices no buscan culpables, tú has aprendido esa actitud, no es culpa tuya, pero ahora que ya lo sabes y que también sabes que todo en esta vida se puede desaprender y volver a aprender,  es tu responsabilidad cambiarlo.

Llegados a este punto podrías situarte de nuevo en la actitud de odiar a tus padres, a tus profesores, a cualquiera que esté dentro del sistema, a los políticos, a los Iluminati o incluso al Universo, porque no han hecho más que ponerte trabas y crearte problemas y pautas mentales que te complican la vida.

Recuerda entonces que este Paso es aprender a perdonar. Un Paso difícil de aplicar porque en la mayoría de los casos el resentimiento y el rencor parten de la idea de que los demás nos molestan porque quieren, por fastidiarnos o por complicarnos la vida. Y es muy difícil ver más allá de eso cuando alguien nos está haciendo daño y parece de forma intencionada.

 

Debemos entonces tener en cuenta dos detalles muy importantes:

El primero de ellos es que los demás están demasiado ocupados y agobiados pensando en cómo conseguir su felicidad como para poder detenerse a pensar en la tuya y, en la gran mayoría de los casos, nos educan para competir, para ser el mejor, eso incluye a la felicidad.

Es algo así como una absurda norma no escrita que nos dice “la felicidad es escasa”. Pues que sepas que no, la felicidad es infinita, siempre está disponible y hay de sobra para todos

Ahora tú ya lo sabes, no tenemos que competir para ser felices, ni quitarles la felicidad a otros para ganarla nosotros. Como la felicidad no se basa en lo que tienes, sino en lo que eres, puedes ser feliz y disfrutar de la vida sin perjudicar a los demás o competir con ellos.

El segundo detalle es que debemos tener en cuenta es que los demás también están luchando con sus demonios, con todas esas normas que tienen en la cabeza y todos los comportamientos y actitudes que han ido aprendiendo. En la mayoría de los casos las personas hacen lo que creen que es mejor para los demás, con su mejor intención o como mejor saben hacerlo.

Exceptuando casos aislados de verdaderos psicópatas, no conozco a nadie que vaya por la vida diciendo “que mal bicho soy y como me gusta hacerle la puñeta a los demás”. Todos nos creemos buenas personas, creemos hacer lo correcto o lo mejor que podemos las cosas y tratamos de actuar a buena fe siempre y cuando podamos. Pero también actuamos por instinto y supervivencia, a veces nuestra cabeza no es capaz de pensar en los demás, en lo que podemos dañar o en las circunstancias que nos rodean.

Puede parecerte injusto, pero seguro que en el mundo hay personas que creen que tú eres un@ auténtic@ canalla, la peor persona que conocen, aunque tú creas ser un@ sant@.

Esa persona que no pudo llegar a tiempo porque tú conducías distraído pensando en tus problemas; la persona a la que dedicaste una mirada avinagrada en el ascensor porque entrabas molesto con algo o alguien y ni te fijaste que estaba ahí; al que le cerraste la puerta en los morros; a tu hijo o tu mascota cuando lo castigas; a tus padres cuando les llevas la contraria; a cada persona con la que discutes, etc…

Recuerda también que perdonar es un acto positivo, que no implica que debas soportar todo lo que te ocurre o dejarte avasallar (pues el Paso de perdonar no es incompatible con el de quererte a ti mismo). Perdonar equivale a no guardar rencor, a dejar atrás lo que nos ha lastimado, a perdonar al otro y a nosotros mismos siguiendo hacia delante, no tiene que ver con aguantar cualquier comportamiento, cualquier agresión externa [44]. Perdonar es liberarnos de la rabia, pero en ningún caso implica que no podamos apartarnos de esa persona, cortar relaciones o poner límites. Por decirlo de forma fácil es continuar caminando sin cargar con el odio que despierta una herida, para dejarla sanar y cicatriz de forma limpia y rápida.

Estamos acostumbrados a odiar, a pensar en negativo y a recordar eternamente los agravios propios y de los demás. Esa actitud nos llena de reproches, de amargura y no nos permite avanzar, es una piedra más en el camino, un pesado lastre que nos retiene en el pasado y sabes que el pasado ya no existe y es mucho más agradable vivir en el presente.

Pero ojo, no eres un bicho, ni eres responsable de nadie más que de ti mismo y de tu actitud y esto te lo explica el siguiente Paso.

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