Manual para ser FELIZ. El libro Completo

4º PASO: Vive el presente

El pasado ya no existe, ya lo hemos vivido y si nos ponemos literales no es ni siquiera muy real [20].

“¿Pero qué dices?” ¿Otra vez se me ha ido la cabeza? No, persona de poca fe, confía en mí, no creas en lo que te digo, sólo lee el manual hasta el final, duda de él y comprueba si te estoy diciendo la verdad, total no pierdes nada. Lo único que puede sucederte si pones en práctica estos consejos es que pierdas el tiempo o que te conviertas en una persona feliz, creo que el riesgo merece la pena.

Vamos al lío, la razón de que yo te diga que el pasado no existe es esta, imagina que dos personas acudimos a un cumpleaños:

 

Tú que estás eufórico porque te encantan las fiestas, llegas y ves que hay globos de colores por todas partes, comida, personas, música. Disfrutas de la tarde y sales de allí con un montón de anécdotas divertidas.

Yo que soy un hongo casero no sé cómo hacer para no ir, no soporto los eventos sociales. Al llegar veo que es una fiesta cutre, con 4 globos colgados muertos del asco, unas tristes patatillas y bocadillos insípidos, música del año de la pera y gente que no conozco. Paso la tarde en una esquina, intimidada e incómoda y salgo de allí corriendo como si no hubiese un mañana.

Ambos tenemos un pasado en común, hemos ido al mismo cumpleaños, pero si nos hiciesen una encuesta nadie diría que hemos estado en el mismo lugar, es imposible. Por eso digo que el pasado no existe, no quiero decir que el cumpleaños no haya sucedido, sino que el cumpleaños ya no existe y el pasado es el recuerdo que hemos decidido guardar cada uno de nosotros de ese momento. Puede llegar incluso al punto de que no recordemos ese cumpleaños y, para nosotros haya desaparecido del pasado.

 

Por otra parte estarás de acuerdo conmigo en que el futuro no existe, en que no podemos prever lo que va a suceder. De ahí viene el concepto de estar PREocupado, te estás ocupando antes de tiempo. Y es un poco absurdo estar angustiado por algo que quizá ni suceda [21].

El día de hoy puede ser el último y no lo digo en tono de alarma, me refiero a que nuestra vida es limitada, todos nos vamos a morir algún día y no sabemos cuál es el momento en que esto sucederá. Como en todo, es cuestión de equilibrio, no se trata de despreocuparse de todo y no hacer planes, se trata de no empañar el día de hoy con angustias por lo que sucederá mañana.

Si evitas que tus pensamientos se centren en un futuro amenazante siendo consciente de que ese futuro es irreal podrás disfrutar de todo lo que te ofrece el momento presente.

Tienes que enfocar tu felicidad al ahora, disfrutar de la vida desde ahora, porque como bien dijo el Dalai Lama:

“Sólo hay dos días en el año en los que no se puede hacer nada: uno es ayer y otro es mañana.”

– Dalai Lama –

Vivir el presente…muy bonita frase…sí, la llevas escuchado mil veces…pero una vez más llevarla a la práctica es tan complicado…

Miles de libros se han escrito acerca del Mindfulness o las técnicas para centrar la atención de forma consciente.

Y me vas a decir ¡Oh, no! Ahora viene la parte del: te toca cambiar de vida, meditar, hacer posturas imposibles de yoga y pasar a ser una hoja movida por el viento:

“Be water my friend.”

– Bruce Lee –

Pues sí, pero no. Voy a centrarme en un concepto que está muy de moda, pero da mucho miedo: meditar. ¿Por qué? Pues porque ninguna otra actividad tan sencilla te proporcionará tantos beneficios juntos [22].

Pero, ¿sabes qué es meditar? Por supuesto: sentarse en una postura “incómoda” y tratar inútilmente de dejar la mente en blanco, para llegar a un estado superior, parecido a estar drogado. Pues no, no estoy de acuerdo.

Como suele suceder con las modas tienen lado bueno y lado malo, lo bueno es que ayudan a que se globalicen los conceptos, a que la información se expanda; lo malo es que se tergiversa todo, se le trata de sacar partido económico y se llega a límites realmente estúpidos o ridículos.

 

En este caso ni siquiera voy a usar el recurso del diccionario, voy a tirar de experiencia personal, llevo mucho tiempo estudiando la filosofía budista, lo zen, las ramas que provienen del Tao y de la cultura oriental. No soy una experta ni nada parecido, pero sí que he entendido el concepto de meditación:

Para meditar no tienes que sentarte o adoptar posturas raras, no tienes que estar en un gimnasio o sala tranquila, no necesitas instalar una fuente zen en tu casa o comprar un equipo deportivo específico, ni siquiera tienes que repetir mantras.

Tú ya sabes meditar, tus hijos ya saben meditar, no sólo eso, sino que todos lo hacemos más o menos a menudo. Meditar no es más que ser plenamente conscientes de lo que hacemos, centrarnos en el momento presente y, aunque de niños lo hacemos constantemente, de adultos no perdemos el patrón por completo.

 

¿Te gustan los ejemplos?

• Cada vez que estás tan inmerso en algo que las horas pasan sin darte cuenta, que olvidaste comer porque estabas ocupado o que ni siquiera recordaste que te habías hecho un café y se ha enfriado delante de ti, estás meditando.
• Cuando tu hijo se queda catatónico viendo los dibujos, está meditando.
• Cuando en plena cafetería lees un mensaje y recuerdas una situación, se te provoca una sonrisa y te quedas como desconectado pensando en esa persona, estás meditando.
• Incluso cuando no puedes sacarte un tema de la cabeza, estás meditando.

Meditar no es más que centrar la atención por completo en algo. Evidentemente los ejemplos que te he dado no son los que se buscan para ayudarte a crecer como persona, pero son ejemplos de meditación.

 

Para utilizar este recurso de forma más productiva o útil, lo que se trata de enseñar en los cursos de meditación es a centrar esa atención justo en lo que queremos cuando queremos, sin dejarnos distraer.

Olvida poner la mente en blanco, olvida un lugar utópico, no necesitas ir a una tienda de deportes y comprarte todo el equipamiento que encuentres para prepararte. Es mucho más simple.

No pretendo decirte que los cursos no estén bien, ni tampoco hacer aquí un manual completo sobre meditación, pero si voy a contarte unos cuantos ejercicios sencillos para que puedas practicarlo a tu manera, sin necesitar absolutamente nada más que ganas y sin destinar más recursos que tu tiempo:

• Cuando te enjabones, te apliques una crema, te laves los dientes o simplemente disfrutes de un plato de comida hazlo con la mano no dominante (es decir, si eres diestro hazlo con la mano izquierda y si eres zurdo con la derecha).
• Cuando entres en tu casa por la noche no enciendas la luz hasta entrar a la habitación siguiente a la entrada.
• Cuando estés en un sitio esperando, cuenta muy despacio hasta 10 sin pensar en otra cosa. Puede parecerte fácil, pero no lo es tanto. Si no lo consigues vuelve a comenzar desde cero.

Como ves son ejercicios muy simples, pero realizar cosas que no estamos acostumbrados a hacer nos hace pasar de ese “piloto automático” al modo “ON”. En ese momento estamos centrando la atención plenamente en algo que deseamos hacer, porque sino no somos capaces de lograrlo.

 

Para implementar estos ejercicios puedes hacer muchas cosas, ya sabes que la clave está en obligar al cerebro a concentrarse, en ponerle un reto, algo nuevo, algo que necesite atención: desde contar las veces que cortas la cebolla o el puerro cuando cocinas, hasta llegar al punto de ser capaz de contar hasta 100 sin desconcentrarte o pensar en otra cosa.

Hacer una lista, escribir un diario poniendo atención a nuestras sensaciones y sentimientos, centrarnos en un trabajo que estamos haciendo, probar cosas o sabores nuevos, todo eso es meditar y la meditación es un recurso eficaz para centrarse en el presente, para disfrutar de lo que hacemos y para vivir el día a día [23].

Todas esas veces que friegas los cacharros pensando en otra cosa, todos los momentos en que vas preocupado y no te das cuenta de por donde caminas o con quien te cruzas. Esas mañanas que desayunas corriendo sin fijarte casi en el sabor de lo que tomas, esos momentos que ibas a algún sitio a hacer algo y llegas y te olvidas de lo que ibas a hacer… en todos ellos tienes el piloto automático puesto.

El motivo es que ya te has acostumbrado a hacerlo y, si recuerdas un poco lo anterior que hemos hablado, cuando algo se convierte en un hábito se hace de modo automático, sin darnos cuenta.

 

No es malo tener hábitos, no es malo automatizar ciertas cosas, el problema surge cuando tu vida es automática, cuando pasas por ella sin estar consciente, sin disfrutar de nada, cuando eres un zombi.

Todo lo que necesitas es aprender a dirigir tu atención a lo que realmente deseas, aprender a disfrutar de lo que haces sin PREocuparte de lo que vendrá o tocará hacer después.

Es sencillo y como todo, se perfecciona con la práctica [24]. Y lo mejor de todo es que está a tu alcance, tú puedes conseguir dirigir tu atención cuando quieras, como quieras y hacia donde quieras. En realidad tú puedes conseguir TODO lo que te propongas, ¿otra vez no me crees? Pues debes saber que este es el siguiente Paso:

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